Cuando se trata de nuestro descanso, muchas veces subestimamos la importancia de elegir el colchón adecuado. Nos fijamos en ofertas, en las opiniones rápidas de amigos o en la estética de un colchón que hemos visto en internet, pero dejamos de lado aspectos esenciales como la firmeza correcta o los materiales más apropiados para nuestras necesidades.
El resultado: noches de mal sueño, dolores de espalda o incluso mayor cansancio durante el día. Y esto no es cualquier detalle, pues dormir bien influye en tu estado de ánimo, tu productividad y tu salud en general.
En este artículo, te mostraremos los errores más comunes que solemos cometer al comprar un colchón y, sobre todo, cómo evitarlos para que puedas disfrutar de un descanso realmente reparador. Porque, aunque a veces no lo parezca, elegir correctamente tu colchón es una inversión a largo plazo en tu calidad de vida.
1. No investigar antes de comprar
A menudo, nos dejamos llevar por el primer colchón que vemos en oferta o aquel que nos recomienda un amigo sin tomarnos el tiempo para investigar, comparar y conocer las diferencias entre los distintos tipos de colchón. La falta de información puede hacer que termines con un producto que no se adapta a tus necesidades de descanso. En Tiendas Hypnos podemos ofrecerte una gran variedad, tanto de marcas, como de materiales, calidades y precios.
Lee sobre diferentes materiales y tecnologías.
Colchones de muelles ensacados, viscoelásticos, látex o híbridos. Cada uno tiene sus pros y sus contras. ¿Sabías que ahora existe una nueva tecnología de muelles sin acero? La tecnología en el mundo del descanso no deja de evolucionar.
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En lugares especializados como Tiendas Hypnos, podrás recibir asesoramiento personalizado y resolver todas tus dudas.
2. Elegir la firmeza incorrecta
La firmeza del colchón es un factor decisivo en tu descanso. Un colchón demasiado blando puede provocar que tu espalda se hunda, mientras que uno excesivamente duro puede resultar incómodo y generar puntos de presión en hombros o caderas. Elegir la firmeza incorrecta, además, afecta la alineación de tu columna, lo que desencadena dolores de cuello o lumbares y un sueño poco reparador.
Conoce tu postura al dormir.
- Si duermes de lado, elige un colchón de firmeza media o suave, que ceda un poco en las caderas y hombros, para así adaptarse a la curvatura natural que tiene el cuerpo.
- Si duermes boca arriba, una firmeza media suele ser lo indicado, para así zona de las lumbares esté apoyada y descansando sin zonas de presión.
- Si duermes boca abajo, podrías necesitar uno algo más firme para evitar que tu espalda se arquee. Tienes que saber que esta es la postura menos recomendada para la salud de tu espalda.
Prueba el colchón personalmente.
No confíes únicamente en las descripciones online o de opiniones de otras personas, cada uno tenemos una morfología corporal y manera de dormir. Si puedes, vísitanos, en la tienda podrás acostarte y probar diferentes colchones durante unos minutos para evaluar si realmente te sientes a gusto.
Ten en cuenta tu peso y complexión.
Las personas de mayor peso suelen requerir colchones más firmes para evitar hundimientos excesivos. En cambio, las personas de complexión ligera o media pueden preferir colchones más suaves.
3. No considerar el tamaño de la habitación (y del colchón)
Un colchón King Size (180×200 ó 200×200) o Queen Size (160×200) suena tentador por el espacio que ofrece, pero si tu habitación es reducida, podrías quedarte sin lugar para otros muebles o para transitar con comodidad. Por otro lado, escoger uno muy pequeño puede suponer un descanso limitado y poco confortable, sobre todo si duermes en pareja.
Mide tu espacio
Antes de salir a comprar, determina cuánto espacio tienes disponible para ubicar el colchón y qué dimensiones serían ideales.
No subestimes las dificultades para entrar el colchón a tu casa, especialmente en viviendas con escaleras estrechas o puertas pequeñas.
El equilibrio es clave
Elige un tamaño que te permita dormir a gusto, sin que el colchón resulte agobiante para tu habitación. Generalmente, un colchón de 135 cm de ancho es suficiente para dos personas, aunque si la habitación lo permite, lo ideal es un ancho de 150 cm o más.
En cuanto al largo del colchón, lo ideal es que mida 15 cm más que la altura de la persona que va a dormir, evitando problemas de que se salgan los pies de la cama e incomodidades por falta de apoyo.
4. Confiar únicamente en la apariencia o el precio
En muchos casos, nos dejamos deslumbrar por un diseño vistoso, telas sofisticadas o un precio muy atractivo. Sin embargo, la estética o los descuentos pueden ocultar una calidad deficiente o no adaptada a nuestras necesidades. Recordemos que, pese a ser un factor relevante, el precio no es el único aspecto a sopesar en la compra de un colchón, pues las características técnicas y la durabilidad son igual de importantes.
Compara calidad-precio.
Un precio elevado no garantiza siempre la mejor calidad, y un precio muy bajo puede traducirse en menos durabilidad. Chequea materiales, garantías, procedencia y detalles de fabricación.
Examina la construcción interna.
Pide información sobre la calidad de los materiales interiores, por ejemplo, la densidad de la viscoelástica o HR, o el diámetro de los muelles ensacados. Estos datos dicen mucho más de la calidad que un simple vistazo al exterior.
5. No darle importancia a las alergias y la transpiración
Los colchones pueden acumular polvo, ácaros y bacterias con el paso del tiempo. Si no eliges un colchón diseñado para minimizar la presencia de estos alérgenos, con tejidos con tratamientos antiácaros y antibacterianos, o si no te fijas en la transpirabilidad de los materiales, es posible que si eres propenso a alergias, experimentes congestión nasal o problemas respiratorios que dificulten tu descanso.
6. No probar el colchón el tiempo suficiente
Probar el colchón durante 10 segundos en la tienda no suele ser suficiente para saber cómo se comportará durante toda la noche. Tu cuerpo necesita unos minutos para relajarse y sentir si el soporte que ofrece el colchón es realmente adecuado.
Tómate tu tiempo en la tienda.
Siéntate, recuéstate en tu postura habitual, mueve las piernas, cambia de posición… Imagina que estás en casa.
7. Olvidarse de la rotación y mantenimiento
Incluso el mejor colchón puede deformarse antes de tiempo si no le brindas el mantenimiento adecuado. Muchas personas compran un colchón de alta gama y, al no cuidarlo correctamente, pierden las ventajas que ofrecía.
Sigue las recomendaciones del fabricante.
Algunos colchones deben girarse cada 2-3 meses para un desgaste uniforme. Otros, además, pueden voltearse de pies a cabeza.
Usa un buen soporte o somier.
Una base en mal estado puede arruinar la firmeza del colchón y acortar su vida útil.
Protección e higiene.
Además del protector, ventilar tu habitación todos los días y aspirar el colchón de manera ocasional ayuda a mantenerlo en buenas condiciones.
8. No establecer un presupuesto realista
Cuando no calculas cuánto quieres o puedes gastar, te expones a dos riesgos: gastar de más y comprometer tus finanzas, o escatimar en calidad y acabar insatisfecho. El equilibrio entre lo que puedes invertir y la calidad que mereces es esencial.
Define tu rango de precios.
Antes de buscar modelos, establece un mínimo y un máximo basados en tus ingresos y necesidades.
Compara prestaciones.
Dentro de tu rango, identifica qué colchón ofrece mejores características en cuanto a densidad de materiales, procedencia de fabricación, acabados, confort, firmeza y durabilidad.
Planifica a largo plazo.
Un colchón de calidad puede durar entre 8 y 10 años, así que considera que pagar un poco más por un producto superior puede ser rentable a largo plazo.
Comprar un colchón adecuado es una de las mejores inversiones que puedes hacer en tu salud y bienestar. Al final, un buen descanso repercute en tu estado de ánimo, en tu rendimiento diario e incluso en tu sistema inmunológico. Para evitar errores comunes, es fundamental informarte bien, no dejarte llevar solo por el precio o la apariencia y dedicar tiempo a probar distintas opciones.